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Mostrando entradas de 2016

Amanecer

La vida dista mucho de ser lo que alguna vez imaginé, hace ya un tiempo, en mis horas de juventud. Camino solitario, llevando de tiro mi vieja bicicleta destartalada, mientras calle arriba, escalo la cuesta de la rutina. La ciudad casi en su totalidad duerme, solo la brisa fresca de las seis de la mañana y algunos pájaros rebuscando comida entre la basura, están allí para darme los buenos días. Sé que a pesar de la soledad que empieza a iluminarme con la salida del sol, somos muchos los que como hormigas, en silencio de resignación y cansancio, marchamos a trabajar cuando la mayoría del mundo está descansando. Pero me rehúso a ser uno más, y no por vanidad o simple rebeldía, sino por respeto al joven que fui. A mis veinte tenía más ideales e inquietudes sociales que años en el cuerpo, me fui sumando a toda lucha y reclamo que fuese fruto de la injusticia, y eso me hizo vivir visionando un futuro también de lucha y construcción permanente. Pero con el paso del tiempo las ideas

Volar

Luego de meses, que quizás fueron años, de estar parado estático, sin querer ni poder moverme, estancado de forma aparente a la impersonal realidad en la que me encontraba, busqué un lugar apartado y comencé a caminar. Al principio con algo de miedo, porque a cada paso sentía que la vida misma podía estar escapándoseme, si es que ya no lo había hecho tiempo atrás; pero luego una extraña seguridad se apoderó de mi, como si en el fondo supiera por qué lo estaba haciendo. Lo cierto es que en ese momento, mientras mis pies se alternaban para impulsar mi pesado cuerpo, las razones de mis movimientos me eran totalmente ajenas. A pesar de la gran incertidumbre que me atormentaba, decidí, como un tímido último intento de autocontrol, no detenerme, seguir a pesar de todo, incluso de mi propia opinión. Quizás era lo que estaba destinado para mí, eso que durante tanto tiempo busqué sin éxito, la tan ansiada meta era la que se hallaba escondida detrás del horizonte. Precisamente hacia ese horizont

La Muerte

La muerte llega, inevitablemente, en cualquier momento. No importa el tiempo, la situación, lo que sea que modifique nuestra vida cotidiana, para la muerte no hay barreras. Llega así sin más, sin temor a caer fuera de contexto. Y aunque parezca a veces no tener sentido, de hecho todo depende del contexto, puede representar el fin de una lucha, engrandecerla, puede ser amenaza, violencia, pero sobre todo siempre es final. Es en ese instante en que las redes tejidas a lo largo de la vida de ese ser, deben reorganizarse, o lo hacen por pura inercia. Para el universo en general, la muerte es algo normal, cotidiano, y para cualquier animal sin la capacidad de razonar es una parte más de la vida. En lo que respecta a lo humano, e influenciada de distintas maneras en las innumerables culturas, la muerte es algo mucho más significativo, plagado de incertidumbre, dolor, vacío, y hasta miedo. Con el fallecimiento de una persona son muchos los cambios producidos en la concepción del mundo para qu

Comienzo

   Con algo de timidez, y todavía sin entender completamente el funcionamiento de tan aparentemente interesante plataforma, y más aún cuál es la finalidad o la razón que me lleva a escribir el blog, es que empiezo a caminar esta calle extraña, absolutamente desconocida, poblada de palabras en lugar de personas, y múltiples espacios en blanco como baches.    A primera vista aparece como un medio muy útil para dar a conocer algunos esbozos de narraciones, historias, o ese tumulto de pensamientos redactados que acostumbro a escribir por momentos, cuando logro sortear la procastinación convertida ya en modo de vida, las obligaciones académicas, y toda la dosis de distracciones que se puedan contemplar hoy en día. Obviamente que no se hayan escondidas detrás de esto ningún tipo de pretensiones, más que dejar a las palabras atravesar el límite de mi pensamiento, mi cuaderno, y mi "yo".  Además, obviamente, de la posibilidad de compartir con otros que se atrevan a leer, criticas o i