Infinitos ruidos se mezclan en la noche y se acercan a golpear la ventanilla del auto. Transición en curso, cambié de medio, pero el viaje continúa. Luego de dos horas con los ojos entrecerrados y el sueño liviano tambaleándose al compás de los movimientos del ómnibus, al pisar las veredas sucias lo primero que me agredió fue el bullicio de luces por todas partes, saliendo de los autos, manchando las baldosas al bajar desde el alumbrado público, resaltando los insistentes carteles publicitarios. Después los sonidos de la ciudad alborotada, la gente corriendo y agolpándose, las bocinas furiosas empujando autos en la esquina, los gritos perdidos, las estrepitosas risas desconocidas. Todo ello casi logró arrancarme del todo de mi adormecimiento, hasta que logré subir al taxi. Apenas lo hice el cambio de ambiente fue claro, un olor a cuero gastado mezclado con aromatizante con olor a cítrico artificial me invadió. La diferencia de temperaturas se hizo notoria en los vidrios levemente e
...and following our will and wind we may just go where no one's been...