Escribe arrojando las palabras sobre el papel con vehemencia, como si así lograra disolver la pesadez de su monólogo interno. A esa altura de la noche cualquier paliativo para su conciencia es bienvenido. Poco a poco se entrega a los devenires del texto, que lo van llevando por los rincones más insospechados de su mundo interior. Cada palabra, frase o ide a que se m anifiesta, va de sper tando toda una nueva región, o trae consigo imágenes latentes de un futuro anh elado. F ot ografías gastadas de un pasado recorrido una y otra vez, hasta el cansancio, parado en el umbral del sueño al filo de alguna madrugada. Todo esto navega sin rumbo en las turbulencias de su pensamiento, y solo es preciso un momento de calma exterior para que el adentro empiece a agitarse y desnudar sus vacíos. Parece como si el prestarle atención sólo contribuyera a profundizar el enredo. Pero hacerlo visible en el marco abierto de una hoja en blanco, puede que ayude a desatar los nudos de la marea. ¿Qué sombra
...and following our will and wind we may just go where no one's been...