Ir al contenido principal

Sobre el blog

Hola! Me llamo Edgardo y te doy la bienvenida a mi blog . 

Siempre me gustó escribir como manera de expresarme, aunque nunca pensé en compartir lo que escribía con alguien que no fueran mis familiares más cercanos o amigos. Hasta que una tarde de lluvia, casi sin pensarlo, se me ocurrió comenzar este espacio, con la idea de difundir parte lo que hago cuando se me da por escribir, con cualquiera que estuviera dispuesto a leerlo. 
No sabría cómo definir la naturaleza de las entradas que encontrarás publicadas acá. Son simples textos, algunos más reflexivos otros más poéticos, pensamientos que siento la necesidad de sacar de mi cabeza y compartir con ustedes.

Gracias por leer!

Comentarios

  1. bgelosf@hotmail.com Hola, Edgardo: soy amiga d Cecilia Manzione y me mandó "El espía" para que te diera una opinión. Antes que nada te felicito por el gusto por la escritura. Me gustó el cuento, pero me parece que le falta un suceso relevante, un clímax, por ejemplo : Aquel día el espía se dio cuenta de que lo seguían... Algo que atrape al lector y lo suspenda : que pase un hecho, más bien si no es descriptivo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, un gusto! Muchas gracias por leer y opinar. Considero muy valioso tu comentario; desde que empecé a escribir textos, el tema de pensar una trama siempre me resultó algo complejo y muchas veces por esa dificultad terminaba abandonando el hábito. Cierto día empecé a describir paisajes o situaciones, tratando de que muchas veces los hechos u objetos que describo sirvan como símbolo de algo más que quiero expresar y lo hago de esa manera; así fue que encontré comodidad en esta especie de textos descriptivos. Te agradezco tu comentario y trataré de poner en práctica tu consejo para mejorar. Saludos!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Paredes

Las paredes no hablan, pero desde su quietud escuchan y lo ven todo. Testigos silenciosos de vivencias, encierros, noches largas y días ausentes. Pasa el tiempo, las personas, las familias, y ellas siguen ahí estoicas, acumulando recuerdos, coleccionando imágenes de las que nadie más oirá hablar nunca. Las paredes nos aíslan, protegiéndonos del mundo, del viento y el frío en el invierno, separando nuestras camas de la noche oscura en las calles. Nos privan del barrio, sus transeúntes, tamizan las conversaciones de la esquina en la mañana, que llegan con palabras amortiguadas rebotando en la almohada tibia. Nos mantienen secos en las tardes de lluvia, acaparando para sí el olor a tortas fritas que solo deja escapar la grieta rebelde de una ventana. Aunque a veces con el tiempo la humedad empieza a ganar la batalla a base de constancia, sombreando los rincones blancos con manchas oscuras y olorosas. Las paredes nos encierran, empujando nuestros cuerpos cautivos hasta ma...

Extrañar

¡Buenas! ¡Bienvenidx a mi blog y gracias por tu visita! El texto de hoy es uno más enmarcado en esta realidad de aislamiento que estamos viviendo. Surgió mientras escuchaba el disco "Parachutes" de Coldplay, así que probablemente esté un poco influenciado por el aura de sus canciones. Puedes dejarme un comentario más abajo, o usar los botones para compartirlo en tus redes sociales. ¡Espero lo disfrutes! - Hay un abrazo pendiente en el calendario. Más de uno, en realidad. Hay una lista de otros planes a la espera. Una mirada que busca sin éxito otra mirada, atraviesa el aire vacío y frena al chocar contra las paredes. Podría esperarse que las circunstancias la llevaran a regresar y mirarse a sí misma, pero no es así. No puede. Se hace tedioso voltear a observarse después de tanta costumbre y hastío. En cambio, la mirada se queda ahí perdida para siempre en la nada, brotando densa desde los ojos cansados de ver rutina, encierro y espejos. El verbo extrañar surge ajeno, de...

Pandemia

Las calles silenciosas, huérfanas de multitudes, de ruidos apresurados, con restos de rutinas impostergables vagando solitarios en ellas; despiertan sorprendidas de a ratos por los pasos inesperados de transeúntes extraviados. Tristes indiferentes de sentido, que atraviesan las veredas buscando escapar quién sabe de qué, haciendo caso omiso a las precauciones. Los días pasan y el encierro se vuelve rutina para algunos. De pronto las paredes de la casa ya no representan descanso, ahora son los límites de un mundo conocido, explorado hasta el cansancio. Un mundo estático, que permanece incambiado a través de los días. La vida diaria acabó por desdibujarse, los horarios se confunden unos con otros. El país va cayendo lentamente en la crisis, como dormido, o más bien como alguien que recién despierta y sigue sin entender mucho qué sucede y hasta duda del límite entre la realidad y el sueño. La economía tiembla entre paranoia y malas decisiones de quienes deben velar por el b...