Escribe arrojando las palabras
sobre el papel con vehemencia, como si así lograra disolver la pesadez de su
monólogo interno. A esa altura de la noche cualquier paliativo para su
conciencia es bienvenido. Poco a poco se entrega a los devenires del texto, que
lo van llevando por los rincones más insospechados de su mundo interior. Cada
palabra, frase o idea que se manifiesta, va despertando toda una nueva región,
o trae consigo imágenes latentes de un futuro anhelado. Fotografías gastadas de
un pasado

¿Qué sombras ocultan verdades en
su interior?
Desde los pasillos sinuosos de su
cerebro, nuevos caminos van aflorando; y empujados con tinta hasta el borde de
los renglones, se amoldan con premura en su nuevo recipiente.
Las palabras dibujan realidades, sendas inexploradas se abren paso a través del aire y el papel, para ilustrar en la memoria un mapa de ruta, un camino por recorrer.
Imagen: Foto de Jessica Lewis en Pexels
Comentarios
Publicar un comentario