Es difícil librar una batalla
estando constantemente recluido en la trinchera. Se necesita acción y las
paredes no hacen más que limitar el movimiento. Es cierto que se puede
aprovechar el tiempo muerto para dedicarse a planificar. Pero ¿hasta qué punto somos
capaces de soportar la inacción? Los planes empiezan a acumularse y el cuerpo
necesita ponerse en marcha. Porque de no ser así, los deseos podrían llegar a
transformarse en simples utopías. Es necesario levantarse y salir a trabajarlos
todos los días, moldearlos con las horas hasta que se hagan realidad.
Todos tenemos nuestras propias batallas, algunas internas y antiguas, o personales, laborales, luchas para cambiar nuestra realidad, o de cualquier naturaleza. Este tiempo en pausa nos detiene a pensar, cuestionar nuestras peleas, ser conscientes de dónde ponemos la energía diariamente. Porque la vida está ahí, en lo cotidiano. La vida nace y muere cada día, se construye y destruye con el paso de las horas. La vida puede proyectarse a futuro, imaginarse hasta los más ínfimos detalles; pero al final lo único que tenemos a nuestro alcance son cada una de las horas que nos llevan inevitablemente hasta esa imagen proyectada. Entonces la cuestión es qué hago día a día para llegar a ese lugar. Y esa es la verdadera pelea entre uno mismo y su realidad. La batalla cotidiana contra los deseos guardados esperando salir, las dudas, los pensamientos negativos, contra todas las limitaciones que impone el aislamiento.
El mundo en pausa no es más que una promesa flotando ahí entre todas las cosas. Es confiar y abrazar la incertidumbre de no saber qué hay más allá de todo esto.
Vienen tiempos difíciles, nuevos escenarios nos verán movernos, otras realidades emergen desde las sombras del futuro. Y ahí en esa batalla cuesta arriba contra lo desconocido, los verdaderos vencedores serán aquellos que logren adaptarse y continuar (construir) el camino.
Tienes razón, en esta cuesta hay que subirla cómo sea. Pero yo creo que no hay ganadores o perdedores.Cada uno gestiona cómo bien puede sus emocionalidades y su cotidianidad. A veces mejor, a veces peor. Pero de que hay que pelear esta lucha, hay que hacerlo, cada uno a nuestra manera.
ResponderEliminarMe ha gustado tu reflexión.
Un saludo!!
Así es, cada uno en su propia historia sabrá sobrellevar lo que sea necesario para continuar su camino. Si bien habrán cambios colectivos, la lucha es y será personal.
EliminarGracias por tu comentario! Un saludo!!