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Una armonía de confusión

  Un mundo de vidas pasadas que no regresarán. Interminable colección de recuerdos perdidos en algún rincón del tiempo. Tejiendo constantemente el telar del Universo con momentos, personas experiencias tangibles y pensamientos que nunca volverán a ser. O tal vez sí, cuando la memoria colectiva olvide su pasaje, estén condenadas a repetirse, una y otra vez, atravesando cada línea de tiempo independiente.

  Pero ahora, todo forma parte de un yo distante, tan igual y sin embargo diferente a mí. El punto de partida, las ausencias, el comienzo, siguen siendo lo mismo; pero es el orden de los acontecimientos el que ha cambiado.
Todo está en permanente evolución, los segundos mutan la realidad de la que estamos hechos; imperceptibles a veces cuando los buscamos en la propia experiencia, inmensamente veloces al contemplar el exterior.
  ¿Y qué queda de todo esto? ¿Cómo armar una historia coherente teniendo tantas piezas desordenadas?

Cada vez que, a ciegas, sumerjo mis manos en la oscuridad del tiempo perdido para buscar respuestas, estoy condenando al olvido un retazo de presente irrecuperable.

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