Ir al contenido principal

Las palabras


  En ocasiones, las palabras se rehúsan a salir sin motivo aparente. Es así que los días pasan, amaneciendo con ganas de escribir, pero sin embargo, las horas se van, luciendo una hoja en blanco sobre el escritorio.
En esos momentos me invade una extraña sensación, una especie de contradicción entre el deseo y las ganas, entre cuerpo y alma.

  Hasta que cierto instante, sin forzarlo, tomo asiento en tranquilidad, con un lápiz en la mano, y las palabras empiezan a brotar, moviéndose constantes como hormigas en su camino.
Muchas veces ni siquiera importa el sujeto de redacción, ni el propósito, o la intención; solo es preciso dejar que las oraciones vayan surgiendo, y los renglones quedando atrás, abarrotados de símbolos.

  Luego de un espacio atemporal, medido en ensimismamiento mas que en minutos, el tema aparece por si solo, como siendo arrastrado por la inercia del propio movimiento del lápiz sobre el papel. Así sin más, todas las palabras empiezan a referirse a la misma cosa, como si algo las hubiese convencido de ponerse todas de acuerdo; incluso las primeras, aquellas que parecían inocentes de sentido, ahora hablan de lo mismo y encajan.

  Ese, para mí, es un momento mágico. Porque la imagen completa comienza a revelarse, se esfuman las incertidumbres, y los caminos sin salida encuentran su destino. Todo esto, va dejando entrever que de a poco estoy llegando al final del experimento. Como hace unos instantes, cuando veía pasar los renglones, las palabras, los símbolos que vinieron a visitar esta noche de otoño.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Comienzo

   Con algo de timidez, y todavía sin entender completamente el funcionamiento de tan aparentemente interesante plataforma, y más aún cuál es la finalidad o la razón que me lleva a escribir el blog, es que empiezo a caminar esta calle extraña, absolutamente desconocida, poblada de palabras en lugar de personas, y múltiples espacios en blanco como baches.    A primera vista aparece como un medio muy útil para dar a conocer algunos esbozos de narraciones, historias, o ese tumulto de pensamientos redactados que acostumbro a escribir por momentos, cuando logro sortear la procastinación convertida ya en modo de vida, las obligaciones académicas, y toda la dosis de distracciones que se puedan contemplar hoy en día. Obviamente que no se hayan escondidas detrás de esto ningún tipo de pretensiones, más que dejar a las palabras atravesar el límite de mi pensamiento, mi cuaderno, y mi "yo".  Además, obviamente, de la posibilidad de compartir con otros que se atrevan a leer, criticas o i...

Paredes

Las paredes no hablan, pero desde su quietud escuchan y lo ven todo. Testigos silenciosos de vivencias, encierros, noches largas y días ausentes. Pasa el tiempo, las personas, las familias, y ellas siguen ahí estoicas, acumulando recuerdos, coleccionando imágenes de las que nadie más oirá hablar nunca. Las paredes nos aíslan, protegiéndonos del mundo, del viento y el frío en el invierno, separando nuestras camas de la noche oscura en las calles. Nos privan del barrio, sus transeúntes, tamizan las conversaciones de la esquina en la mañana, que llegan con palabras amortiguadas rebotando en la almohada tibia. Nos mantienen secos en las tardes de lluvia, acaparando para sí el olor a tortas fritas que solo deja escapar la grieta rebelde de una ventana. Aunque a veces con el tiempo la humedad empieza a ganar la batalla a base de constancia, sombreando los rincones blancos con manchas oscuras y olorosas. Las paredes nos encierran, empujando nuestros cuerpos cautivos hasta ma...

Extrañar

¡Buenas! ¡Bienvenidx a mi blog y gracias por tu visita! El texto de hoy es uno más enmarcado en esta realidad de aislamiento que estamos viviendo. Surgió mientras escuchaba el disco "Parachutes" de Coldplay, así que probablemente esté un poco influenciado por el aura de sus canciones. Puedes dejarme un comentario más abajo, o usar los botones para compartirlo en tus redes sociales. ¡Espero lo disfrutes! - Hay un abrazo pendiente en el calendario. Más de uno, en realidad. Hay una lista de otros planes a la espera. Una mirada que busca sin éxito otra mirada, atraviesa el aire vacío y frena al chocar contra las paredes. Podría esperarse que las circunstancias la llevaran a regresar y mirarse a sí misma, pero no es así. No puede. Se hace tedioso voltear a observarse después de tanta costumbre y hastío. En cambio, la mirada se queda ahí perdida para siempre en la nada, brotando densa desde los ojos cansados de ver rutina, encierro y espejos. El verbo extrañar surge ajeno, de...