Ir al contenido principal

Desayuno


¡Buenas! Estos días estuve probando a crear otro tipo de textos, y así surgió este relato corto. La trama seguramente no es muy novedosa, pero valoro el experimento en sí de animarme a buscar otras sensaciones a través de un texto. ¡Espero que lo disfruten y gracias por leer!

-

Matías despertó sobresaltado al escuchar el grito de su madre, que hizo vibrar la habitación como una ráfaga de viento que sorprende a una ventana abierta:


¡A desayunar! 

Se dio media vuelta, todavía enredado entre las sábanas tibias y el aire fresco que llegaba desde el exterior de su cama. Al otro lado de la ventana, la calle aún estaba en silencio, hasta que un sonido vibrante bajó desde el cielo y así quedó inaugurada otra mañana lluviosa de junio. La vereda ya comenzaba a poblarse de charcos, cuando estuvo por fin sentado en la cama terminando de acomodarse las zapatillas. Mientras se preparaba para empezar el día las imágenes del desayuno empezaron a colmar su cabeza. Eran tan vividas que casi podía sentir el aroma de las tostadas recién hechas, el vapor del café chocando con las paredes de la cocina, las mermeladas de distintos sabores adornando la mesa. Un tazón con cereales y quizás alguna fruta formarían parte del nutritivo desayuno. Su madre no se cansaba de insistir con que es la comida más importante del día, y por eso era normal que al comenzar cada mañana la mesa estuviera repleta de alimentos para todos los gustos.

Apenas atravesó la puerta de la habitación el aroma a café le transmitió el impulso que necesitaba para acabar de despertarse. Pero al llegar a la sala quedó perplejo. Su cuerpo se detuvo, petrificado, como si todos los músculos se hubieran tensado al unísono. Así sin moverse quedó contemplando la escena en busca de consuelo: la mesa estaba vacía. Sobre la madera descansaba únicamente el portarretratos con la foto de la mujer sonriente, el pelo arremolinado por el viento, sentada en la plaza bajo un árbol. Última imagen de su madre con vida.

FotoImagen de fancycrave1 en Pixabay

Comentarios

  1. Nooooo!! Espero no ser yo esa q la mató el corona. 🤣
    Muy bueno, me hizo emocionar😢

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Paredes

Las paredes no hablan, pero desde su quietud escuchan y lo ven todo. Testigos silenciosos de vivencias, encierros, noches largas y días ausentes. Pasa el tiempo, las personas, las familias, y ellas siguen ahí estoicas, acumulando recuerdos, coleccionando imágenes de las que nadie más oirá hablar nunca. Las paredes nos aíslan, protegiéndonos del mundo, del viento y el frío en el invierno, separando nuestras camas de la noche oscura en las calles. Nos privan del barrio, sus transeúntes, tamizan las conversaciones de la esquina en la mañana, que llegan con palabras amortiguadas rebotando en la almohada tibia. Nos mantienen secos en las tardes de lluvia, acaparando para sí el olor a tortas fritas que solo deja escapar la grieta rebelde de una ventana. Aunque a veces con el tiempo la humedad empieza a ganar la batalla a base de constancia, sombreando los rincones blancos con manchas oscuras y olorosas. Las paredes nos encierran, empujando nuestros cuerpos cautivos hasta ma

Extrañar

¡Buenas! ¡Bienvenidx a mi blog y gracias por tu visita! El texto de hoy es uno más enmarcado en esta realidad de aislamiento que estamos viviendo. Surgió mientras escuchaba el disco "Parachutes" de Coldplay, así que probablemente esté un poco influenciado por el aura de sus canciones. Puedes dejarme un comentario más abajo, o usar los botones para compartirlo en tus redes sociales. ¡Espero lo disfrutes! - Hay un abrazo pendiente en el calendario. Más de uno, en realidad. Hay una lista de otros planes a la espera. Una mirada que busca sin éxito otra mirada, atraviesa el aire vacío y frena al chocar contra las paredes. Podría esperarse que las circunstancias la llevaran a regresar y mirarse a sí misma, pero no es así. No puede. Se hace tedioso voltear a observarse después de tanta costumbre y hastío. En cambio, la mirada se queda ahí perdida para siempre en la nada, brotando densa desde los ojos cansados de ver rutina, encierro y espejos. El verbo extrañar surge ajeno, de

Insomnio

¡Buenas! La cuarentena está llena de noches de insomnio, pues este texto nació en una de ellas. Estaba tirado en la cama entre la maraña de pensamientos y la luz que entraba por la ventana, y sentí que debía guardar ese momento en un texto. Espero lo disfruten ¡Gracias por leer! - La noche despierta lugares muy extraños. Paisajes inexplorados. En el Universo de mi ventana ya la luna se escapó hacia un costado. Una estrella la sigue de atrás, rezagada y solitaria, alcanzada casi por la luz naciente del amanecer. La amenaza del nuevo día no es nada para el desvelo de mi mente alerta. Fríos susurros me llegan desde la calle, deslizándose en el silencio hasta alcanzar mis pies desnudos en la penumbra de la habitación. Aquí arrojado en la soledad de la madrugada no soy nada, nadie lo es; solo somos piezas sueltas, inertes, que conforman la gran maquinaria de las horas durmientes. Me hundo entre la inmensidad del silencio y la noche agazapada intentando vencerme. Y aun así mi m