Todas las palabras cobran protagonismo en este micro universo de música y soledad. Puede que ahora las letras caprichosamente agrupadas se sientan como hojas secas arrastradas por el viento, aisladas de su rama madre. Pero dentro de unos momentos todas tendrán su nicho preciso dentro del texto, y este, abrazándolas, cargará con su intención.
Busco capturar las imágenes que pasan por mi mente. Crear algo a partir de este momento, con destino a un instante futuro, donde las imágenes ya no sean tan claras y las palabras se escondan. Quién se ha robado la magia del mundo? Quizás este simple ejercicio sea un paso para lograr recuperar la magia que el mundo me robó a mí.
La música se cuela como anestesia por los rincones de mi cerebro y de a poco me va llevando lejos de esta habitación. No sé a dónde me dirijo en este viaje fuera de las paredes conocidas. Solo sé que mi cuerpo rendido cayó estirado sobre la cama, y mi mente hace rato que se fue de aquí. Flotando en un océano de calma, divaga infinita y libre. Todas las señales comienzan a cobrar sentido.
Palabras sueltas a lo largo del día, dispersas entre las horas y las circunstancias; que por la noche se unen en un texto que debo descifrar, para así obtener los mensajes ocultos tras lo cotidiano, los rastros ignorados de mi existencia.
E.B.
Me he sentido identificada en gran parte del microrrelato. ¿Quién ha robado la magia? no lo sé. Es mejor no preguntárselo. creo que no saberlo y mirar por el camino que estas llevando ya es mucho. Fuerza.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Escribes con calma y sin prisas, dejando que se posen las letras. Me ha encantado.
Abrazos!!
Muchas gracias por tu comentario!
EliminarConcuerdo con lo que dices, quizás es mejor no saberlo y conservar la mirada en el camino a recorrer.
Gracias por tus palabras siempre tan atentas!
Abrazo!!