“¿Pero no ves que toda vida, toda creación en el campo que
sea, todo acto de amor, no es más que una rebeldía frente a la extinción, no
importa que sea falsa o verdadera, que dé resultados o no?”
“¿Pero no te das cuenta de que la vida no es más que estructura? Todos, hasta los más vulgares, sabemos que la verdad, si existe, no se puede alcanzar. De ahí nace todo. Y tú te burlas porque los hombres buscan nombres hermosos y queridos con los cuales les sea posible engañar la desesperación. Bueno, ésa es la vida, porque no podemos vencer la muerte; son esos engaños los que dan estructura a nuestra existencia y pueden llegar a darle una forma maravillosa al tiempo en que somos seres de consciencia y, aunque te rías, de voluntad, no cosas, antes de volver a la nada y a la oscuridad. ¿Qué las soluciones ofrecidas por las religiones y las filosofías y las ciencias no bastan? No, Andrés, te equivocas, bastan cuando echando mano de una de ellas eres capaz de dar una forma armónica a tu existencia. ¿No ves que lo único cierto son estos setenta años de vida en que la materia asume este privilegio de estar viva, y consciente de estarlo? La verdad en sí no interesa más que a los profesionales de ella. Lo que es yo, prescindo totalmente de la verdad. Me interesa solo cuando se encuentra en relación a los demás seres y a la historia, cuando me pide una posición dentro del tiempo, no fuera de él. Tu terror es insignificante, Andrés, pobre, aunque te concedo que no te lo envidio. ¡Vivan las religiones, hasta la más absurda y atrabiliaria, todas, si con alguna de ellas somos capaces de escamotearnos este dolor absurdo que tú estás padeciendo!”
Sobre la novela : https://es.wikipedia.org/wiki/Coronaci%C3%B3n_(novela)
Me resultó muy
interesante este diálogo para comenzar con esta nueva sección donde citaré frases o textos que lea por ahí y me llamen la atención o motiven alguna reflexión. Es algo que hago a menudo eso de anotar alguna cita que me resuena por algún motivo; ahora me pareció buena idea darle este formato y compartirlo con ustedes. El libro que cito hoy relata
situaciones cotidianas de una familia, pero poco a poco va avanzando la crisis
existencial del protagonista y con ella se van dando reflexiones muy interesantes,
algunas de ellas a través del diálogo con su amigo.
Creo que en estas
líneas está plasmada una idea que ha estado subyacente en algunos de mis textos
(como Vacíos o Responsables), y es la de enfrentarnos a la incertidumbre y la
aparente carencia de sentido de nuestra existencia y del mundo que nos rodea.
Desde ese vacío, se hace necesaria la aceptación como salvaguarda para evitar
la desesperación ante la falta de certezas. Estar en paz con la nada, dejar por
un momento de buscar por todos lados una explicación o un sentido que al
parecer debería venir junto con la oportunidad de estar vivos, caminar en
armonía con el caos.
Luego de la
aceptación viene la creatividad, el encontrar un refugio en todo este caos, un
lugar en el que podamos sentirnos seguros y a gusto a pesar de las circunstancias.
Una especie de arma para hacer frente a la nada. Y ahí aparecen de ejemplo en
el texto caminos como la religión, el arte o la ciencia. Diferentes marcos para
interpretar y moldear la realidad de alguna manera satisfactoria y llevadera.
En este sentido se encuentra en parte la naturaleza de este blog, por ejemplo: la
escritura como manera de luchar contra el vacío de sentido, hacerle frente a la monotonía de los días, pelear contra la indiferencia
del Universo ante lo insignificante de la existencia humana. Y el hecho de
compartirlo lo hace aún más interesante, hacer que deje de ser un medio individual
para pasar al plano colectivo le agrega sentido y enriquece la experiencia.
Es una verdadera tragedia para nuestra especie la oportunidad de contar con una consciencia,
aunque no la logremos comprender del todo, que nos permita pensarnos a nosotros
mismos y al ambiente que nos rodea; y sin embargo carecer de las herramientas
suficientes para realmente entender todo ello. El protagonista habla de
entregarse a la locura para liberarse, y yo coincido con él, pero entendiendo a
la locura como ese propósito de vida autoimpuesto, la locura de crear una
realidad más o menos comprensible y factible de ser moldeada a nuestro antojo.
Ir creando un camino con lugares conocidos.
Lograr vivir ajenos a la existencia de una verdad absoluta, de una explicación para el todo; despojarse de esas pretensiones es quizás lo que nos hará libres. O tal vez, ocurra todo lo contrario: perseguir esas certezas sea nuestro verdadero propósito de vida.
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