Ir al contenido principal

Cita: Coronación - José Donoso

“¿Pero no ves que toda vida, toda creación en el campo que sea, todo acto de amor, no es más que una rebeldía frente a la extinción, no importa que sea falsa o verdadera, que dé resultados o no?”

“¿No te das cuenta que todo no es más que un desorden, una injusticia, un juego de locura del cosmos? Si hay un Dios que vele por el destino de los hombres no puede sino ser un Dios loco. ¿Qué locura más completa que haber dotado a los hombres de conciencia para darse cuenta del desorden y del terror, pero no haberlos dotado de algo para vencerlos? No, Carlos, no te ciegues, el único orden es la locura, porque los locos son los que se han dado cuenta del caos total, de la imposibilidad de explicar, de razonar, de aclarar, y como no pueden hacer nada ven que la única manera de llegar a la verdad es unirse a la locura total. A nosotros, los cuerdos, lo único que nos queda es el terror…”

“¿Pero no te das cuenta de que la vida no es más que estructura? Todos, hasta los más vulgares, sabemos que la verdad, si existe, no se puede alcanzar. De ahí nace todo. Y tú te burlas porque los hombres buscan nombres hermosos y queridos con los cuales les sea posible engañar la desesperación. Bueno, ésa es la vida, porque no podemos vencer la muerte; son esos engaños los que dan estructura a nuestra existencia y pueden llegar a darle una forma maravillosa al tiempo en que somos seres de consciencia y, aunque te rías, de voluntad, no cosas, antes de volver a la nada y a la oscuridad. ¿Qué las soluciones ofrecidas por las religiones y las filosofías y las ciencias no bastan? No, Andrés, te equivocas, bastan cuando echando mano de una de ellas eres capaz de dar una forma armónica a tu existencia. ¿No ves que lo único cierto son estos setenta años de vida en que la materia asume este privilegio de estar viva, y consciente de estarlo? La verdad en sí no interesa más que a los profesionales de ella. Lo que es yo, prescindo totalmente de la verdad. Me interesa solo cuando se encuentra en relación a los demás seres y a la historia, cuando me pide una posición dentro del tiempo, no fuera de él. Tu terror es insignificante, Andrés, pobre, aunque te concedo que no te lo envidio. ¡Vivan las religiones, hasta la más absurda y atrabiliaria, todas, si con alguna de ellas somos capaces de escamotearnos este dolor absurdo que tú estás padeciendo!”

Sobre la novela : https://es.wikipedia.org/wiki/Coronaci%C3%B3n_(novela)


Me resultó muy interesante este diálogo para comenzar con esta nueva sección donde citaré frases o textos que lea por ahí y me llamen la atención o motiven alguna reflexión. Es algo que hago a menudo eso de anotar alguna cita que me resuena por algún motivo; ahora me pareció buena idea darle este formato y compartirlo con ustedes. El libro que cito hoy relata situaciones cotidianas de una familia, pero poco a poco va avanzando la crisis existencial del protagonista y con ella se van dando reflexiones muy interesantes, algunas de ellas a través del diálogo con su amigo.

Creo que en estas líneas está plasmada una idea que ha estado subyacente en algunos de mis textos (como Vacíos o Responsables), y es la de enfrentarnos a la incertidumbre y la aparente carencia de sentido de nuestra existencia y del mundo que nos rodea. Desde ese vacío, se hace necesaria la aceptación como salvaguarda para evitar la desesperación ante la falta de certezas. Estar en paz con la nada, dejar por un momento de buscar por todos lados una explicación o un sentido que al parecer debería venir junto con la oportunidad de estar vivos, caminar en armonía con el caos.

Luego de la aceptación viene la creatividad, el encontrar un refugio en todo este caos, un lugar en el que podamos sentirnos seguros y a gusto a pesar de las circunstancias. Una especie de arma para hacer frente a la nada. Y ahí aparecen de ejemplo en el texto caminos como la religión, el arte o la ciencia. Diferentes marcos para interpretar y moldear la realidad de alguna manera satisfactoria y llevadera. En este sentido se encuentra en parte la naturaleza de este blog, por ejemplo: la escritura como manera de luchar contra el vacío de sentido, hacerle frente a la monotonía de los días, pelear contra la indiferencia del Universo ante lo insignificante de la existencia humana. Y el hecho de compartirlo lo hace aún más interesante, hacer que deje de ser un medio individual para pasar al plano colectivo le agrega sentido y enriquece la experiencia.

Es una verdadera tragedia para nuestra especie la oportunidad de contar con una consciencia, aunque no la logremos comprender del todo, que nos permita pensarnos a nosotros mismos y al ambiente que nos rodea; y sin embargo carecer de las herramientas suficientes para realmente entender todo ello. El protagonista habla de entregarse a la locura para liberarse, y yo coincido con él, pero entendiendo a la locura como ese propósito de vida autoimpuesto, la locura de crear una realidad más o menos comprensible y factible de ser moldeada a nuestro antojo. Ir creando un camino con lugares conocidos.

Lograr vivir ajenos a la existencia de una verdad absoluta, de una explicación para el todo; despojarse de esas pretensiones es quizás lo que nos hará libres. O tal vez, ocurra todo lo contrario: perseguir esas certezas sea nuestro verdadero propósito de vida.

-

¡Gracias por llegar hasta acá! Siéntete libre de dejar un comentario y contarme tu opinión sobre el texto, o usar los botones para compartirlo en tus redes sociales y que así llegue a más personas. ¡Saludos!


Comentarios

Entradas populares de este blog

Paredes

Las paredes no hablan, pero desde su quietud escuchan y lo ven todo. Testigos silenciosos de vivencias, encierros, noches largas y días ausentes. Pasa el tiempo, las personas, las familias, y ellas siguen ahí estoicas, acumulando recuerdos, coleccionando imágenes de las que nadie más oirá hablar nunca. Las paredes nos aíslan, protegiéndonos del mundo, del viento y el frío en el invierno, separando nuestras camas de la noche oscura en las calles. Nos privan del barrio, sus transeúntes, tamizan las conversaciones de la esquina en la mañana, que llegan con palabras amortiguadas rebotando en la almohada tibia. Nos mantienen secos en las tardes de lluvia, acaparando para sí el olor a tortas fritas que solo deja escapar la grieta rebelde de una ventana. Aunque a veces con el tiempo la humedad empieza a ganar la batalla a base de constancia, sombreando los rincones blancos con manchas oscuras y olorosas. Las paredes nos encierran, empujando nuestros cuerpos cautivos hasta ma

Extrañar

¡Buenas! ¡Bienvenidx a mi blog y gracias por tu visita! El texto de hoy es uno más enmarcado en esta realidad de aislamiento que estamos viviendo. Surgió mientras escuchaba el disco "Parachutes" de Coldplay, así que probablemente esté un poco influenciado por el aura de sus canciones. Puedes dejarme un comentario más abajo, o usar los botones para compartirlo en tus redes sociales. ¡Espero lo disfrutes! - Hay un abrazo pendiente en el calendario. Más de uno, en realidad. Hay una lista de otros planes a la espera. Una mirada que busca sin éxito otra mirada, atraviesa el aire vacío y frena al chocar contra las paredes. Podría esperarse que las circunstancias la llevaran a regresar y mirarse a sí misma, pero no es así. No puede. Se hace tedioso voltear a observarse después de tanta costumbre y hastío. En cambio, la mirada se queda ahí perdida para siempre en la nada, brotando densa desde los ojos cansados de ver rutina, encierro y espejos. El verbo extrañar surge ajeno, de

Insomnio

¡Buenas! La cuarentena está llena de noches de insomnio, pues este texto nació en una de ellas. Estaba tirado en la cama entre la maraña de pensamientos y la luz que entraba por la ventana, y sentí que debía guardar ese momento en un texto. Espero lo disfruten ¡Gracias por leer! - La noche despierta lugares muy extraños. Paisajes inexplorados. En el Universo de mi ventana ya la luna se escapó hacia un costado. Una estrella la sigue de atrás, rezagada y solitaria, alcanzada casi por la luz naciente del amanecer. La amenaza del nuevo día no es nada para el desvelo de mi mente alerta. Fríos susurros me llegan desde la calle, deslizándose en el silencio hasta alcanzar mis pies desnudos en la penumbra de la habitación. Aquí arrojado en la soledad de la madrugada no soy nada, nadie lo es; solo somos piezas sueltas, inertes, que conforman la gran maquinaria de las horas durmientes. Me hundo entre la inmensidad del silencio y la noche agazapada intentando vencerme. Y aun así mi m